Amar es entregar lo que no se tiene a alguien que no lo quiere (J. Lacan)
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Sólo conservaba en mi biblioteca los libros que no podía haber escrito yo. Los otros estaban dentro de mí, en potencia, y no me eran necesarios.
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Los hechos no suceden, pero nos permiten suceder a nosotros en ellos.
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Sólo sé despertar a quien ya estaba despierto.
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¿Qué sentido tiene hablar para decir exactamente lo que se quería decir? (É. Cioran)
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El durmiente jamás se cansa de posar, pero quien podría dibujarlo se encuentra también durmiendo.
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¿Por qué amamos lo que nos desborda? ¿A qué que la imagen de la euforia sea una copa rebosante, cuando lo que hace es desperdiciar un líquido que podríamos bebernos después?
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Nada está unido a nada: alta mentira de las constelaciones.
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El niño rodeado de su propia inocencia inventa una malicia, y es doble ingenuidad.
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Lo que sucede ahora ni me roza, y sí lo que ha pasado hace dos siglos.
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Pienso: tiene que haber otros. Mi doble me contesta: tiene que haber otros otros.
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El hecho más íntimo que puede sucederme es descubrir algo, aunque el descubrimiento, por definición, es algo público, acaba compartiéndose. Luego miro la realidad: está anticuada.
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Placer intermitente de los cuerpos / y continuo del alma.
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La descomposición, el más metódico de los procesos.
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Te robo la imperfección que me permite pensarte.
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¿Quién quiere llevar una vida tranquila cuando se dan en el interior de sus células más de mil procesos cada segundo?
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Mi infancia existe, pero paso a paso. No puedo convocarla toda de una vez.
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La forma determina la utilidad.
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Todo es mentira salvo mi capacidad de darme cuenta de esto. Esta frase suena a Descartes, pero también todo él es mentira.
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El ojo es el primero círculo; el horizonte que él forma es el segundo (R. W. Emerson). El tercero es el pezón que procura el prístino alimento. Me sorprende que la rueda no fuera inventada antes, mucho antes. Tal vez todos los hombres la concibieran pero ninguno quiso, o no se atrevió, a llevarla a cabo.
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Conmoción: escucho a una mujer que habla sola en el autobús. Distingo un sintagma: “un millón de cosas por hacer”.
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Beatriz de Dante, Gala de Dalí, Diane Keaton de Woody Allen: neurosis que nos hace desear que toda la Humanidad ame a nuestra propia amada.
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Jaculatorias del poeta joven: Que veinte años no es nada (C. Gardel) No he visto al amo en diecinueve años / pero todos los días yo me miro a mí mismo / y ya voy sabiendo poco a poco /cómo es el rostro de mi amo. (A. Gamoneda) Voy a llorar de tanta pierna rota / y de tanto cansancio que se advierte en los poetas menores de dieciocho años (B. de Otero) No se puede ser serio con diecisiete años (A. Rimbaud)
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Aprendiz de terrorista: De pequeño, me entraba ansiedad al pensar que mis dolores sólo me dolían a mí y de que mis enfermedades sólo las sintiera yo, y corría a propagar mi dolor, a contagiarles mis enfermedades a todos.
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Me eché una siesta al raso, y desperté con un sopor de cielo interrumpido.
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En el milenio todo brilla en la oscuridad / salvo la oscuridad. (P. Handke)
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Los horarios de iglesia lo mismo que un colirio que determina un punto para lo inagotable.
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Las salvedades que nos hacen firmes.
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Un solo día ha sido todo el tiempo (E. Prados): Las pirámides son un rayo de sol petrificado para iluminar este único día perpetuo.
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Era de Acuario: la goma quemada imita el olor del incienso
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Los filántropos que cuelgan la música que adoro en el eMule, comparten conmigo algo que utilizaré estando solo.
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Proceso de abstracción: contemplo mi apetito desde la ventana que da a la playa, y noto cómo se introduce la Bañista de Luz en el Mar de las Formas.
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Todo en la Tierra espera una mano. ¿De qué mano no depende la Tierra? La esposa del general lo masajea durante una decisión.
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La habitación del moribundo en la que cada ruidito es necesariamente una ofensa.
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Hay que administrar las precisiones: todo no puede ser exacto.
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Tan largo es el presente que recubre todas las pretensiones que un día nos llenaron.
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La sangre riega mi mesura para que no derrame más sangre.
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El e-mail impreso acaba roto.
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Corto las flores antes de que mueran para que lo hagan en mis manos.
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Idea mínima y devastadora, como gota que altera la temperatura mental.
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Digo tu nombre. Tienes nombre de ausente. Digo tu nombre, y es casi una grieta del lenguaje.
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¿Qué mira el niño gordo?
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En tus zonas erógenas estás toda tú, sin estar, y en mis llaves se reflejan todos los objetos de la casa.
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Por un mundo más poeta (pintada en un contenedor de basuras).
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Tres sintagmas de Proust: “extraña seriedad de ojos celestes”; “una ternura desesperada”; “la expresión muscular de ciertas locas esperanzas”.
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El que se queda fuera de la foto está contenido también en ella, porque fabrica su ambiente, su atmósfera, igual que se ve el mar en las fotografías de las playas donde no se ve el mar.
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El enigma de tu silencio contiene incluso tu hablar enigmático.
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Todo sucede muy poco.
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Muero al lamer fluidos supurados por mí.
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Sólo conservaba en mi biblioteca los libros que no podía haber escrito yo. Los otros estaban dentro de mí, en potencia, y no me eran necesarios.
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Los hechos no suceden, pero nos permiten suceder a nosotros en ellos.
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Sólo sé despertar a quien ya estaba despierto.
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¿Qué sentido tiene hablar para decir exactamente lo que se quería decir? (É. Cioran)
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El durmiente jamás se cansa de posar, pero quien podría dibujarlo se encuentra también durmiendo.
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¿Por qué amamos lo que nos desborda? ¿A qué que la imagen de la euforia sea una copa rebosante, cuando lo que hace es desperdiciar un líquido que podríamos bebernos después?
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Nada está unido a nada: alta mentira de las constelaciones.
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El niño rodeado de su propia inocencia inventa una malicia, y es doble ingenuidad.
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Lo que sucede ahora ni me roza, y sí lo que ha pasado hace dos siglos.
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Pienso: tiene que haber otros. Mi doble me contesta: tiene que haber otros otros.
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El hecho más íntimo que puede sucederme es descubrir algo, aunque el descubrimiento, por definición, es algo público, acaba compartiéndose. Luego miro la realidad: está anticuada.
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Placer intermitente de los cuerpos / y continuo del alma.
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La descomposición, el más metódico de los procesos.
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Te robo la imperfección que me permite pensarte.
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¿Quién quiere llevar una vida tranquila cuando se dan en el interior de sus células más de mil procesos cada segundo?
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Mi infancia existe, pero paso a paso. No puedo convocarla toda de una vez.
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La forma determina la utilidad.
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Todo es mentira salvo mi capacidad de darme cuenta de esto. Esta frase suena a Descartes, pero también todo él es mentira.
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El ojo es el primero círculo; el horizonte que él forma es el segundo (R. W. Emerson). El tercero es el pezón que procura el prístino alimento. Me sorprende que la rueda no fuera inventada antes, mucho antes. Tal vez todos los hombres la concibieran pero ninguno quiso, o no se atrevió, a llevarla a cabo.
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Conmoción: escucho a una mujer que habla sola en el autobús. Distingo un sintagma: “un millón de cosas por hacer”.
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Beatriz de Dante, Gala de Dalí, Diane Keaton de Woody Allen: neurosis que nos hace desear que toda la Humanidad ame a nuestra propia amada.
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Jaculatorias del poeta joven: Que veinte años no es nada (C. Gardel) No he visto al amo en diecinueve años / pero todos los días yo me miro a mí mismo / y ya voy sabiendo poco a poco /cómo es el rostro de mi amo. (A. Gamoneda) Voy a llorar de tanta pierna rota / y de tanto cansancio que se advierte en los poetas menores de dieciocho años (B. de Otero) No se puede ser serio con diecisiete años (A. Rimbaud)
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Aprendiz de terrorista: De pequeño, me entraba ansiedad al pensar que mis dolores sólo me dolían a mí y de que mis enfermedades sólo las sintiera yo, y corría a propagar mi dolor, a contagiarles mis enfermedades a todos.
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Me eché una siesta al raso, y desperté con un sopor de cielo interrumpido.
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En el milenio todo brilla en la oscuridad / salvo la oscuridad. (P. Handke)
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Los horarios de iglesia lo mismo que un colirio que determina un punto para lo inagotable.
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Las salvedades que nos hacen firmes.
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Un solo día ha sido todo el tiempo (E. Prados): Las pirámides son un rayo de sol petrificado para iluminar este único día perpetuo.
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Era de Acuario: la goma quemada imita el olor del incienso
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Los filántropos que cuelgan la música que adoro en el eMule, comparten conmigo algo que utilizaré estando solo.
:
Proceso de abstracción: contemplo mi apetito desde la ventana que da a la playa, y noto cómo se introduce la Bañista de Luz en el Mar de las Formas.
:
Todo en la Tierra espera una mano. ¿De qué mano no depende la Tierra? La esposa del general lo masajea durante una decisión.
:
La habitación del moribundo en la que cada ruidito es necesariamente una ofensa.
:
Hay que administrar las precisiones: todo no puede ser exacto.
:
Tan largo es el presente que recubre todas las pretensiones que un día nos llenaron.
:
La sangre riega mi mesura para que no derrame más sangre.
:
El e-mail impreso acaba roto.
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Corto las flores antes de que mueran para que lo hagan en mis manos.
:
Idea mínima y devastadora, como gota que altera la temperatura mental.
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Digo tu nombre. Tienes nombre de ausente. Digo tu nombre, y es casi una grieta del lenguaje.
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¿Qué mira el niño gordo?
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En tus zonas erógenas estás toda tú, sin estar, y en mis llaves se reflejan todos los objetos de la casa.
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Por un mundo más poeta (pintada en un contenedor de basuras).
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Tres sintagmas de Proust: “extraña seriedad de ojos celestes”; “una ternura desesperada”; “la expresión muscular de ciertas locas esperanzas”.
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El que se queda fuera de la foto está contenido también en ella, porque fabrica su ambiente, su atmósfera, igual que se ve el mar en las fotografías de las playas donde no se ve el mar.
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El enigma de tu silencio contiene incluso tu hablar enigmático.
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Todo sucede muy poco.
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Muero al lamer fluidos supurados por mí.