lunes, 21 de mayo de 2007

notas al margen

Los recuerdos del placer no son del todo malos: presagian el placer que puede que se cruce en nuestras vidas. Los del dolor, ni alivian ni hacen daño; inspiran, eso sí, tactos de confianza al tacto mismo, nuestra fragilidad nos rememoran y enseñan cómo comerciar con ella.
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La vida es parte buscar placer / y parte hallar dolor
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(Nacho Vegas, en "La pena o la nada")
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Sócrates, por su parte, sentándose en la cama, dobló la pierna, restregósela [la pierna] con la mano y, al tiempo que la friccionaba, dijo:
-¡Qué cosa más extraña, amigos, parece eso que los hombres llaman placer! ¡Cuán sorprendentemente está unido a lo que semeja su contrario: el dolor! Los dos a la vez no quieren presentarse en el hombre , pero si se persigue al uno y se le coge, casi siempre queda uno obligado a coger el otro, como si fueran dos seres ligados a una única cabeza. Y me parece -agregó- que si hubiera caído en la cuenta de ello Esopo hubiera compuesto una fábula que diría que la divinidad, queriendo imponer paz a la guerra que se hacían, como no pudiera conseguirlo, les juntó en el mismo punto sus coronillas; y por esta razón en aquel que se presenta el uno le sigue a continuación el otro. Así también me parece que ha ocurrido conmigo: una vez que por culpa de los grillos estuvo en mi pierna el dolor, llegó ahora en pos suyo, según se ve, el placer.
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(Platón, en Fedón)





11 comentarios:

AnA dijo...

Si fuera posible comerciar con la fragilidad...intercambiarla por tacto.
A

Anónimo dijo...

¿Quedamos?

Anónimo dijo...

Muy judeocristiano esto del placer y el dolor. ¿Por qué tienen que estar unidas ambas cosas? Puede haber placer sin dolor. Y ambos conceptos son siempre efímeros.
En fin, que estoy espeso.

Antonio B

Camilo de Ory dijo...

Creo que hoy por hoy la estrategia eclesial de unir en nuestras conciencias placer y dolor consigue el efecto contrario al que en principio con ella se pretendía: en lugar de sufrir con el placer o la perspectiva de éste, nos ponemos como motos con el sufrimiento propio y no te digo ya con el ajeno.

A mí por lo menos me pasa.

Castos saludos a todos.

Me voy para Almería, a lo de Curri.

Anónimo dijo...

Al Tony Alexander este le debo yo una paliza... Por meterse con mi Presidenta...

Yo no me atrevería a pasearme libremente por el patio.

Anónimo dijo...

Qué bien vive Camilo de Ory.

Vamos, que es mi opinión y tengo derecho a expresarla.

Anónimo dijo...

me gustan las tortugas.

es mi opinión y tengo derecho a expresarla.

Anónimo dijo...

Pues yo opino que cuanto más dolor, más placer.. Eso siempre.

Y nada de orgasmos sin sangre..

Hombre, por Dios!

Anónimo dijo...

Hey!^^

AUnk lo prometido es deuda,hubiese preferido reflexionar sobre el comentario de María del Monte,k me inspira muxo mas,en lugar del de Platón.
Pero weno,ya kestamos... xD

Indudablemente,placer y dolor van cojidos de la mano.
EL placer acaba derivando muchas veces en dolor...

Ahora,situaciones dolorosas que acaben siendo placenteras en mi opinión son menos... XD

Pero pienso k el placer y el dolor,en vez de aparecer progresivamente uno tras en otro,actúan en multitud de ocasiones conjuntamente.
Cuáantas personas se complacen haciendo daño...
Con lo bien que está el placer indoloro,nuestra inconsciencia y necesidad de amarnos busca en el placer muchas veces el dolor para la autocompasion,otro placer disfrazado...
Bueno,hasta aquí puedo leer,diría Mayra Gómez Kemp..y hasta aquí puedo reflexionar,dice Marina Díaz Lara en esta noche lluviosa previa a un examen asqueroso y con sus facultades mentales demasiado mermadas por el cansancio y a punto de empeorar a causa del zumbido insoportable del ordenador...
xDDD
(Menudo mojón de reflexiones -_-U) xD

Anónimo dijo...

Pues a mí, el otro día, me se puso tiesa.

Anónimo dijo...

¿Es usted uno de esos malignos atracadores de viagra que abundan, por lo visto, en Málaga últimamente?